TOLEDO.- Sigue siendo una especie amenazada, en peligro de extinción, pero desde hace ocho años ya no se considera 'crítica' su condición, gracias a las estrategias de conservación y los programas de conservación que han posibilitado el aumento de la población de lince ibérico en España. Y así, en Castilla-La Mancha su censo supera ya los 700 ejemplares, de los cuales más de la mitad son cachorros, muchos de ellos ya nacidos en el medio natural.
Crías como las que hace unos días encontraba en una de sus naves, acurrucados en un pajar, un ganadero de la localidad toledana de Menasalbas. Tres cachorros que en un primer momento confundió con crías de gato, aunque de inmediato se dio cuenta de que se trataba de una camada de lince ibérico, una especie en peligro de extinción, por lo que dio el aviso al 112 del hallazgo.
Desde allí se movilizaron una patrulla del Seprona de la Guardia Civil y efectivos de los Agentes Medioambientales de Castilla-La Mancha, que comprobaron cómo los pequeños linces se encontraban entre la paja y se procedió a colocar una cámara de vigilancia para su seguimiento. De este modo, se pudo constatar que la madre seguía acudiendo a alimentar a las crías y también que, según lo previsto, poco después se llevó a la camada, trasladando a los cachorros a otra localización.
Y es que, aunque la zona en la que se encontraban era tranquila y con apenas paso de personas, probablemente la madre lince detectó la presencia humana -el ganadero había preparado a los cachorros para su traslado antes de que llegaran los agentes, una manipulación que desaconsejan los profesionales- por lo que eligió otro lugar más adecuado para tenerlos.
Un hallazgo que, sin embargo, no es el primero que se produce en esta zona de los Montes de Toledo en lo que va de año, tal y como apuntan desde el cuerpo de Agentes Medioambientales de Castilla-La Mancha. Una situación cada vez menos inusual puesto que es esta una de las cuatro zonas de reintroducción de la especie en territorio castellanomanchego, tres de ellas -incluida la de Montes de Toledo, junto a Sierra Morena Oriental y Sierra Morena Occidental- ya consolidadas, y una cuarta, la de Campos de Hellín, en proceso de ampliación.
Programas de reintroducción en los que a finales del pasado mes de febrero se daba un paso más, con la liberación en el Parque Nacional de Cabañeros de un ejemplar de lince ibérico. Un hecho que era calificado como "un hito histórico", al tratarse del primer ejemplar reintroducido en este espacio protegido con el objetivo de convertirlo en un corredor que conecte las poblaciones de lince ya asentadas en Sierra Morena y Montes de Toledo. Un proyecto enmarcado en la iniciativa europea 'Life Lynx Connect', de la que Castilla-La Mancha forma parte junto a más de una veintena de socios, y que tiene también desarrollo en las regiones de Andalucía, Extremadura y Murcia, así como en Portugal.
EL CASO DE 'ODRINA' EN CIUDAD REAL
Y si esta no ha sido la primera camada de lince ibérico localizada últimamente en los Montes de Toledo, el lugar elegido por la madre para dar a luz a sus crías, un pajar, tampoco es nuevo. En este sentido, se ha recordado el caso de 'Odrina', una lince ibérica nacida en libertad, que en 2020 eligió una finca de la provincia de Ciudad Real, en Peñalejo, para criar a su camada.
Un hecho que fue grabado por WWF a través de la cámara que instaló en la explotación ganadera, lo que permitió realizar un seguimiento del proceso.
En caso de encontrar crías de lince ibérico, desde el cuerpo de Agentes Medioambientales recuerdan que no se deben tocar ni mover, y se debe llamar inmediatamente al servicio de emergencias 112, para que desde allí se movilicen los recursos adecuados.
